zutabeak

Publicado en Mugalari, Gara. (02/01/09)

Como lugar para el afianzamiento de argumentos o como instante para el desvarío autorizado las columnas de opinión parecen querer aportar una perspectiva aérea, sobrevolando los territorios de la especialización periodística para suscitar adhesión allí donde el tema se vuelve realmente “importante”, o sea, en el dictamen del lector.

Cuando el tema es secundario, sencillo o demasiado leve, las columnas pueden caer en la filigrana de una emoción incompetente, o lo que es peor, pueden caer en la sublimación de lo que no hay manera de engrandecer ni con iluminación espectacular. Los lugares comunes se evitan en este territorio, sólo se puede volver a ellos a través de vías de ingenio de acceso restringido. En el recorrido por estas rutas hay que demostrar las artes de un buen sherpa, capaz de conducirnos por los vericuetos de la astucia, el chiste o la poesía.
Las columnas son también terreno abonado para la obsesión. Como no hay mucho espacio, la contundencia se convierte en valor y como no hay mucho tiempo, se acaba rascando una y otra vez en las cosas que uno es capaz de contar de mil maneras diferentes.

Pero cuando el desvarío se entiende lúcidamente y cuando los temas son realmente significativos vemos que la columna puede tener más valor que un texto extendido forzadamente en páginas innecesarias. Cuando se descubre lo leve como importante o cuando entendemos que el lugar común pertenece a la comunidad, entonces podemos dar por bueno el tiempo invertido en su lectura. O mejor, cuando entendemos que la astucia es la prestidigitación de los actos y el chiste la prestidigitación de las ideas, entonces es que todavía hay cosas por decir y que se pueden decir de otras maneras.

Éste es también un terreno compartido por la práctica artística más audaz, aquella que nos descubre otras maneras de hacer, que entiende la astucia como un elemento primordial de trabajo, que provoca el chiste y que es capaz de introducir la sorpresa allí donde hay un orden concreto y reglamentado.

No hay comentarios: