Publicado en Kultura, Gara 09/03/11
Algo de lo que no nos libera el arte actual es de la necesidad de abordar la globalización de la visión desde una perspectiva crítica. A partir de este “punto de vista” (parece que todo será visual a partir da ahora), se podrían enfocar de formas muy diferentes los cruces entre visibilidad y poder social para elaborar así nuevos lugares de resistencia.
Hablar de la actualidad es, como todos sabemos, hablar de gestión de las imágenes. Hablar del futuro y de la memoria también lo es, sabiendo además que tanto uno como otra son cambiantes, precisamente debido a la complejidad que supone esa gestión desde el presente.
Tarde o temprano, y porque todo se mueve en nuestro derredor, será preciso abordar las condiciones de la imagen al hablar de la memoria, al hablar de la memoria colectiva y de la memoria de los demás. - Por cierto ¿qué significa decir “la memoria de los otros”?- . En esa digestión de imágenes, testimonios, relatos y notas a pié de página, se habrá de cocer próximamente nuestra capacidad de convertir el pasado en historia; se trata de un ejercicio que no puede ni debe dejarse de lado, sino que supone un nuevo y crucial espacio de trabajo, de debate, de resistencia, y de lucha…
Cada vez son más las prácticas artísticas vinculadas a la memoria histórica y su rastro deja nuevas imágenes sobre las que se seguirán amontonando lecturas e interferencias. Tanto por el rumbo de las artes como por el de los acontecimientos trabajar con las imágenes de nuestro aquí y ahora se advierte como un territorio en el que hacer crecer nuevas formas de compromiso.
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