Publicado en Kultura, Gara 16/11/11
No resulta fácil viajar por el cosmos de la
actividad artística. Hay una infinidad de cartografías que se solapan y se
pliegan unas sobre otras, que se complementan y se anulan constantemente a poco
que uno investigue las rutas que realmente le interesan. De modo que la
voluntad creativa se asemeja mucho a una situación viajera de riesgo, a una
bajada por rápidos desconocidos en los que siempre hay rocas traicioneras y en
donde el cauce puede llevarnos a orillas no deseadas. Pero también a playas
inexploradas.
Los mapas del arte que manejamos son siempre dinámicos y de igual
manera que aparecen grandes vacíos, que son incógnitas, que son misterios para
la investigación artística y que ofrecen un precioso territorio de creación,
aparecen también máscaras que hay que mover para desvelar un lugar olvidado o
silenciado, un espacio oculto bajo una gruesa capa de imágenes que se acumulan
y se hacen pesadas con el tiempo conformando una costra de inexactitudes,
errores, cuando no desidias o mentiras.
A veces los mapas que manejamos funcionan como una
superposición de transparencias que desarma el rígido patrón de la historia, permitiéndonos
ver las experiencias locales como capas de una inteligencia colectiva latente; a
veces los mapas transparentes nos descubren nombres, iniciativas y colectivos
bajo un prisma distinto e inspirador.
Las nuevas formas de explorar el arte deben
proveernos de mapas subjetivos con los cuales sea posible señalizar las rocas
peligrosas, preservar de la contaminación ciertas zonas o redescubrir paisajes
que tenemos muy cerca y que nos han sido negados sistemáticamente.
Siempre habrá otros mapas que completen el nuestro.
2 comentarios:
Gracias, sigue con la serie mapas que se te agradece (y si escrieras más a menudo yo respiraría mejor. Gracias de nuevo)
Sociedad de D., gracias de veras por vuestro comentario. Se agradece tener noticia de que hay alguien ahí... visito también vuestro siempre sugerente sitio, enhorabuena! Salud
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