Cosmopolistismo

Publicado en 7ka 19/10/14

Siglo XXI. La idea de exilio se pliega y se confunde con la de globalización. El exilio se diluye entre lo que conocemos como diáspora, transnacionalismo y nomadismo. El movimiento de las personas, la movilidad profesional de los y las artistas y la tensión que generan la perspectiva local y la global como asuntos inseparables da lugar a una panorámica del arte que no acaba en los 360 grados, sino que ha de dar muchas más vueltas para ir cerrando su foco de atención en citas, eventos y situaciones concretas y específicas. El éxodo ha sido siempre una de los factores más determinantes para el surgimiento de la vanguardia; la hibridación y el mestizaje ya no se citan como características diferenciales porque el arte y la cultura llevan ya incorporados dichos rasgos. La cultura contemporánea, en la que predominan las imágenes, se extiende como agua derramada sobre el mapamundi y nos permite ver núcleos de actividad efervescente y exposiciones de actualidad candente.

Acaba de celebrarse entre el 15 y el 18 de Octubre Frieze London es una de las ferias de arte contemporáneo más importantes del mundo, con más de 160 galerías participantes, que permite conocer los últimos trabajos de los artistas más relevantes. Las ferias de arte tienden a rechazar la característica popular -algo que por ejemplo ha acabado siendo una losa para ARCO, de Madrid- y aspiran a dotar al evento de una etiqueta “profesional” que proporcione prestigio, al menos un tiempo antes de que el alboroto de la popularidad acabe desgastando todo su glamour. Frize es ya una feria muy popular aunque sigue siendo un evento destacado para cierto sector del engranaje comercial del arte. La sección Focus ha presentado galerías jóvenes y artistas emergentes y la sección Live, ha estado dedicada a instalaciones y performances. Ferias con Frieze marcan buena parte de la “línea” estilística del momento.

También en Londres y más concretamente en la Tate Britain se exponen hasta el 4 de enero las obras de los candidatos a los premios Turner, que desde 1984 promueven el debate sobre el arte moderno británico. El próximo 1 de diciembre y en un acto que es ya todo un espectáculo mediático, se fallará este prestigioso premio que ha descubierto y encumbrado a jóvenes talentos británicos, hoy consagrados, como Gilbert & George, Anish Kapoor, Rachel Whiteread, Antony Gormley, Damien Hirst, Steve McQueen o Laure Prouvost. Se trata de un siempre polémico premio que marca la temperatura del conflicto entre el arte más insolente y la opinión pública. Sin duda daremos cuenta del desenlace.

Pero para arte rebelde el de Niki de Saint Phalle (1930-2002), luminosa y polifacética figura franco-estadounidense del siglo XX, que toma el Grand Palais de París hasta el próximo febrero con una retrospectiva que revela nuevos aspectos de su obra. Lo cierto es que se agradece una muestra de esta autora, dotada de una gran conciencia política y social, esotérica y antirreligiosa y pionera en la lucha contra el sida. Saint Phalle descubrió su vocación en 1953, gracias a una depresión que le llevó a ser internada en un sanatorio en donde comenzó a forjar su obra, diversa y realmente rupturista.
Se trata de una gran exposición que reúne una importante cantidad de obras y documentos, muchos de ellos inéditos, y que llegará en 2015 al Museo Guggenheim de Bilbao. El mundo es un pañuelo.

No hay comentarios: