Udazkena


Publicado en 7ka, Gara 05/10/14

Demos paso al otoño, nueva temporada. Festivales, ciclos que se cierran, proyectos que arrancan y nuevas apuestas expositivas en un panorama cultural en constante cambio. Los proyectos independientes buscan la subsistencia, los macro-proyectos culturales buscan sentido. Unos miran a los otros de reojo. Las grandes infraestructuras necesitan la masa crítica que habita en la energía independiente, mientras que la divergencia cultural precisa de la capacidad de producción que provee la norma y la política cultural institucional. El invierno será duro y el hábitat se ha hecho hostil con el paso del tiempo. La financiación de la cultura y especialmente aquella que se produce desde una concepción social y transformadora dejó de interesar hace mucho, de modo que el verdadero debate sobre el futuro del arte y la cultura pasa por definir y decidir a quién corresponde sustentar su economía. Hemos asistido últimamente a una progresiva liberalización del sector cultural bajo las premisas de la modernización y de la eficacia de un sector “industrial” en expansión. En realidad, lo que está en juego es la cultura entendida como bien público y en nuestro pequeño territorio, el camino que se inicia este otoño y que nos lleva hasta el horizonte de 2016 va a ser definitivo para clarificar este tipo de cuestiones.

Estamos hablando de futuro, de reencuentro con el futuro, de utopía y distopía. En esta línea especulativa encontramos una sugerente reflexión en la exposición “Metrópolis:la obra maestra reencontrada”, (Museo de San Telmo, hasta el 2 de noviembre). Se trata de fotografías, acuarelas, dibujos y otros materiales relacionados con la película que dirigió Fritz Lang en 1927. Producida por Deutsche Kinemathek- Museum für Film und Fernsehen, en colaboración con la F. W. Murnau Stiftung y STM, esta exposición itinerante muestra el proceso de creación de esta obra maestra. La muestra se inauguró en 2010 con motivo del estreno de la versión restaurada de la película, una restauración que resulta esencial para poder deleitarse con este film tal y como lo concibió su director, ya que desde su estreno fue mutilada, destrozando varias tramas secundarias. En cualquier caso resulta muy elocuente la restauración de la distopía, el “reencuentro” que se lleva a cabo y que sirve para refrescarnos una trama y un argumento visionario de sobrecogedora similitud con nuestra circunstancia actual, con sus características tecnofílicas y de control social.

El proyecto expositivo “¿Cuánta tierra necesita un hombre?”, que presenta el Centro de Recursos Medio Ambientales de Cristina Enea, en Donostia, y del que ya dimos cuenta, nos ofrece una serie de propuestas alternativas de vida en común y de formas de actuación colectiva y divergencia cultural. A través de estas experiencias encontramos que la utopía es, en el fondo, una cuestión de compromiso. Al hilo de este proyecto expositivo que todavía puede visitarse tiene lugar dentro del Programa 08: Semana de la Arquitectura, una nueva edición de “Arquitectura: LenguajesFílmicos; Denak Denonak” (Tabakalera, del 6 al 11 de Octubre). Films a contracorriente en un programa que se organiza con la colaboración de Cristina Enea, DSS2016, Tabakalera, COAVN y el Ayuntamiento de Donostia. Un buen dato cooperativo para el mantenimiento de ese hábitat cultural del que hablábamos anteriormente y que nos hace pensar, quizá utópicamente, que todavía es posible hablar de lo público como cultura y de la cultura como bien público… en otoño.

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