Fast Food


 Publicado en 7ka, Gara 09/11/14

El horizonte de exposiciones, muestras y actividades que se abre ahora en la agenda artística y que va hasta final de año se muestra extenso, abundante y variado.
La cuestión de la calidad es otra historia. De este aspecto se debería ocupar una crítica cultural que actualmente se encuentra en vías de extinción, evacuada de los medios de comunicación y, lo que es más decepcionante, evacuada y menospreciada por los propios circuitos del arte, en los que sigue pesando la pertenencia a “familias” y las adscripciones ideológicas y/o formales. Pero sobre todo esta crítica, más o menos tradicional, más o menos punzante, es rechazada por las propias fórmulas de difusión cultural, por diarios y revistas que, como si se tratase de fast food, prefieren la guía, la reseña o la nota de prensa antes que una toma de posición, antes que una proyección de las ideas o una reflexión surgida a partir de la lectura y el análisis de estas propuestas culturales.

La calidad es también una responsabilidad de la institución cultural, de una determinada línea de actuación, de la gestión de recursos, de la transparencia y la planificación de los mismos. La calidad tiene y tendrá un componente subjetivo, pero siempre habrá de apoyarse en una política cultural capaz de escuchar y apoyar las necesidades culturales del contexto inmediato.

Ante un horizonte tan extenso como el que se abre ahora en nuestra panorámica cultural, optamos en esta ocasión por un fast food, selecto eso sí, para abordar en próximas ocasiones estas propuestas con mayor detenimiento. Una rápida mirada a algunas citas antes de que caduquen o pasen de largo, porque para el productor cultural, llámese artista, coordinador o programador, la indolencia y el desinterés es la peor de las críticas. Hagamos pues agenda con todas sus consecuencias.

No puede pasarse por alto la magnífica exposición que dos artistas vascos como Taxio Ardanaz y Karlos Martinez Bordoy han presentado en la Galeria Lisi Hämmerle de Bregenz (Austria), gracias a la colaboración entre BilbaoArte y el KunstHaus Bregenz.
La actividad de Okela Sormen Lantegia, en Bilbao La Vieja, nos señala un nuevo foco de creación y difusión artística que merece atención, impulso y amplificación mediática. Lo mismo ocurre con el Espacio Reflex en Egia, Donostia, punto de encuentro para la música experimental y la dislocación generalizada de las disciplinas artísticas convencionales. Última semana para la convocatoria de “Inmersiones 2014”, de Gasteiz, eventos y actividades que nos alegran siempre el final de año con nuevas propuestas.
No podemos escapar de “Miedo y fascinación”, una exposición en la sala Kubo-kutxa de Donostia (hasta el 25 de enero) que acoge obras relacionadas de modo muy sui generis con el género fantástico y de terror. Da miedo verla.
Atención a la presentación de “The Krazyhouse”, de Rineke Dijkstra en el Guggenheim, tras el exitoso paso de Ragnar Kjartansson.
Bilbaoarte aprieta su propuesta con el taller impartido por Patxi Araujo “Disección de una princesa, disección de una turba”, que propone una reflexión crítica acerca del concepto de lo humano través de la robótica. También la exposición “Guardianes” de Mika Murakami y el ciclo dedicado a Jean Luc Godard. Imprescindible.
Hay muchas más, pero la comida rápida es lo que tiene. Nos vemos con más tiempo para cenar en condiciones.

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