Publicado en 7ka 05/04/15
Una mirada al escaparate artístico Estatal nos
depara interesantes sorpresas incluso tras el paso del ciclón ARCO. La noticia
artística no es noticia si no viene acompañada de la polémica o de la cifra
grandilocuente, como ocurre en todos los ámbitos de lo social, en donde lo
vocinglero y el escándalo se impone siempre al análisis o al conocimiento
compartido.
Es noticia esta vez el modo en que una colección
como la del Kunstmuseum de Basel se instala temporalmente en el Reina Sofía. Y
es que coincidiendo con el cierre transitorio de dicho museo suizo para la
renovación de sus instalaciones se mostrará una selección de más de cien obras
maestras de su colección en Madrid bajo el título de “Fuego Blanco”. Se trata de una exposición de grandes nombres y
grandes obras que se extiende hasta el museo del Prado, que recibe del museo de
Basel una decena de obras de Pablo Picasso realizadas entre 1906 y 1967.
Oportunidad única.
Puede aprovecharse la visita al Reina Sofía para
visitar también “Aún no. Sobre la
reinvención del documental y la crítica de la modernidad” una magnífica muestra que toma
como punto de partida el redescubrimiento de la fotografía obrera de las
décadas de 1920 y 1930, en el contexto social e intelectual posterior a 1968,
marcado por las nuevas luchas urbanas.
Asimismo, y sin salir del museo de Atocha, se puede
visitar “Sistema operativo”,
exposición de Daniel García Andújar
que presenta, junto a una serie de obras de nueva producción, diversos proyectos
realizados a lo largo de su carrera, conformando un corpus que revela
las principales constantes de su discurso crítico. Parecía imposible pero la
institución museística es también capaz de absorber la inmaterialidad digital y
el “hackerismo ilustrado”.
Pello Irazu, expone en
Madrid (Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid, hasta el
19 de abril) “El muro incierto”, muestra en la que da lugar a una mezcla
retrospectiva de sus trabajos murales y que el artista pone en diálogo con
algunas de sus piezas más arquitectónicas. Una exposición que ocupa el espacio
de manera integral relacionando el muro, la distancia, el objeto y el color,
quizá una estación de llegada en la trayectoria del autor.
Hay que desplazarse hasta
el “Centro de Arte 2 de Mayo”, en Móstoles, uno de los centros más activos
actualmente, para visitar la exposición “El ideal infinitamente variable
de lo popular”, una revisión de la obra de Jeremy Deller (Londres 1966),
ganador del prestigioso Premio Turner en 2004 y uno de los artistas más escurridizos
de la escena actual. Con una propuesta muy ligada al humor y a la cultura
popular, sobre todo a la cultura pop británica de los 90, Deller siempre ofrece
una visión desgarrada de la circunstancia social, pero sobre todo es capaz de
llevar su discurso allí donde el arte se mira en el espejo de su tiempo para
auto infringirse un daño moral.
También en este mismo centro
se presenta una de las muestras más esperadas últimamente: “Punk, sus rastros en el arte contemporáneo”,
una extensa y ambiciosa exposición que mezcla grandes instalaciones, rastros
documentales, piezas únicas, múltiples, fotografías, vídeos, ruido, y que propone
una continuidad entre los orígenes de este movimiento, que mostró un
descontento rabioso con su tiempo, hasta los rastros que encontramos en algunas
propuestas actuales, herederas de ese ruido desgarrado con el que tanto hemos
gritado por aquí.
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